Este martes 7 de marzo, al menos según estaba planeado, entraba en funcionamiento el nuevo sistema de BiciMad, que amplía el servicio y que poco a poco sustituirá al sistema actual con nuevas bicis y estaciones. Lo cierto es que estas estaciones y bicicletas no empezaron a funcionar hasta el 8 por la tarde, tras una gran cantidad de problemas técnicos.
Expansión geográfica
A las 264 estaciones que ya componían la red de BiciMad se han sumado otras 60, ascendiendo a un total de 324, si bien el Ayuntamiento dice que eventualmente llegarán hasta las 611. La mayoría de estas nuevas estaciones se ubican en los distritos de Ciudad Lineal (con 13 estaciones), Puente de Vallecas (8), Usera (8), Carabanchel (5) y Hortaleza (5). Hasta donde sabemos, todas estas estaciones son de 23 anclajes cada una.
Nuevas bicis, nuevas estaciones
Para esta ampliación del servicio se ha decidido cambiar todas las bicicletas, también las usadas hasta ahora, habiéndose escogido el modelo E-fit, el mismo que emplean en el sistema de bici pública de Valladolid.
Estas bicis mantienen muchas de las características de sus predecesoras (tres marchas, motor de asistencia al pedaleo, candado trasero, cesta portaequipajes…), incorporando además un lector de tarjetas en la propia bici y una pequeña pantalla que indica la velocidad y la batería.
Las estaciones, por su parte, pierden gran parte de su funcionalidad más allá del anclaje y carga de las bicis. Los tótems, actualmente equipados con un pequeño ordenador capaz de renovar saldo y expedir tarjetas, se quedan en una carcasa de plástico con un escueto cartel informativo. Por no mantener no mantienen ni el mapa de la red, un paso atrás en la información al usuario, ni la luz que indica alta, media o baja ocupación.
¿Qué pasa con las actuales?
Las estaciones y bicicletas usadas hasta ahora se irán sustituyendo paulatinamente por las nuevas, un proceso que según el Ayuntamiento durará hasta el 31 de julio. Ignoramos qué será de ellas, la mayoría en buenas condiciones y sin amortizar. Esperemos que puedan revenderse y no acaben olvidadas en un vertedero.
Convivencia durante la transición
El nuevo sistema es físicamente incompatible con el actual, es decir, que no se puede enganchar una bici nueva en una estación antigua o viceversa. Mientras convivan ambos sistemas, sin embargo, será posible dejar una bici de un sistema en una estación del otro bloqueando solo el candado de la rueda trasera, un proceso que en teoría se activará automáticamente por GPS. No es ideal, sobre todo teniendo en cuenta la complejidad introducida (explicada en la tabla de más abajo), pero teniendo en cuenta las circunstancias parece la solución menos mala.
Para sacar una bici nueva de una estación antigua el usuario podrá acercar su tarjeta al lector que hay junto al candado o leer el QR desde la aplicación móvil. Por su parte, las bicis antiguas aparcadas en estaciones nuevas solo podrán desbloquearse mediante el QR.
Para terminar de complicar las cosas, al dejar una bici nueva en una estación nueva no se deberá cerrar el candado trasero, algo que lleva siendo necesario desde hace varios meses en el sistema antiguo y que sí debe hacerse si se deja una bici nueva en una estación antigua.
¿Y BiciMad Go?
El sistema de bicicletas sin anclaje BiciMad Go, un parche para los barrios de la periferia mientras llegaban sus estaciones y que cuesta la friolera de 19 céntimos por minuto, sigue funcionando aunque previsiblemente deje de hacerlo una vez termine este periodo de transición. Mientras tanto, ignoramos si las bicis podrán anclarse a las nuevas estaciones igual que a las antiguas, y en su caso, si seguirá aplicándose el descuento del 50% por empezar o acabar el viaje en una estación fija.
Nuevo sistema de pago
Para poder utilizar las nuevas bicicletas es necesario migrar la cuenta de usuario al servicio MPass, que permite pagar desde un mismo sitio todos los servicios de la EMT (buses, aparcamientos y BiciPark). Mediante este sistema, y una vez agotado el saldo acumulado, los viajes se cobrarán directamente a la cuenta bancaria del usuario, sin necesidad de recargar saldo periódicamente.
Una vez realizada la migración, los 30 minutos al inicio de cada viaje serán gratuitos, una bonificación que también estará en vigor hasta el 31 de julio y que no sabemos si se debe a las incipientes elecciones o si es una deferencia al usuario por todos los problemas que trae consigo el nuevo sistema.
Problemas en el estreno
El estreno de tantas estaciones de una tacada, los malabares necesarios para armonizar ambos sistemas, y la migración masiva al sistema MPass han supuesto una combinación desastrosa que ha generado una gran cantidad de problemas tanto a usuarios nuevos como a quienes ya usaban el servicio.
Ya desde los primeros días de marzo muchos usuarios se encontraron con problemas en la app de BiciMad, que se cerraba sola, no dejaba recargar saldo o presentaba problemas para reservar un anclaje. El martes, presunto día de la inauguración, las nuevas estaciones seguían apagadas y era imposible dejar una bici o sacar una nueva, con la misma escena repitiéndose el miércoles. Incluso el alcalde, que las presentó el lunes ante la prensa, tuvo problemas al intentar desanclar una bici.
La única opción presentada al usuario es llamar a un número de teléfono, saturado como cabía esperar, desde el que te pueden ayudar solo en determinadas ocasiones y solo si has tenido la suerte de que lleguen a cogerlo.
¿Era esto necesario?
Para responder esta pregunta lo mejor es ver los beneficios que trae el cambio y los contras que supone. Y en este caso, el nuevo sistema sale muy mal parado: los beneficios son mínimos (¿que ahora te dice tu velocidad?) en comparación con los contras: tener que rehacer todo el sistema, andar mareando a los usuarios y tener que lidiar con los problemas técnicos. En nuestra humilde opinión, el cambio no merece la pena.
Esta ampliación, necesaria y bienvenida, se podría haber hecho dentro del sistema ya existente, lo que hubiera sido mucho más fácil, rápido y barato. Por desgracia, primó el interés del alcalde de hacer algo nuevo y diferente.
«Los casos de éxito son una excepción a lo largo y ancho de la geografía española»
Publicado por vosotros cuando se habló de que Cuenca hacía desaparecer su bicicleta…
A Este le quedan dos telediarios… bicicletas que no tienen retrocompatibilidad en las bases, un sistema de información nulo en las estaciones y viajeros que ya se quejan de que tanto las marchas como la asistencia al pedaleo dejan bastante que desear…
Al final el sistema acabará desapareciendo. Básicamente porque Madrid no es una ciudad llana, no tiene carriles bici habilitados y sobre todo porque el progreso que afronta Madrid no es compatible al 100% con meter bicicletas por todos lados. La ciudad no está preparada.
Y que piensen un poco en los talleres, en las personas que necesitamos coche por problemas de movilidad, a las personas que trabajan en el sector, que vienen de lejos y no están para pasarse la vida en transporte público. en los transportistas, en los que hacen obras…
Una cosa es apostar por reducir la contaminación: al final un residuo es algo tan natural como la naturaleza misma. El resultado de una transformación química o el agotamiento de un insumo… no en balde, sino para producir otra cosa, que deviene más útil en un momento dado. En base a esto es positivo que los residuos sean lo más respetuoso posibles con las personas (no con el medio ambiente, ojo… el medio ambiente da igual…si no, estaríamos poniendo el grito en el cielo porque un volcán contamina más que mil fábricas… el mundo se va a destruir igual lo contaminemos o no), la cuestión es que nos afecte lo menos posible.
En base a esto, producir soluciones de movilidad cuyos desechos sean lo más inocuos posibles para las personas que habitan el planeta debería ser la solución. Pero no volver al S. XIX donde si querías ir a un sitio, no ibas donde querías, sino donde te llevaban porque sólo había transporte público y la libertad individual estaba condicionada.
¿Y qué tiene que ver esto con BiciMad? Bueno, BiciMad claramente está abocada a la desaparición. Cada día que pasa se desprecia más el servicio y en un futuro se encarecerá hasta tal punto que no merecerá la pena. Además que de movilidad ecológica no tiene mucho, con esas caras y costosas baterías de litio, algo que en su reciclaje genera más residuos nocivos para el ser humano que muchos otros materiales que hay en la Tierra.
Y hasta aquí mi pequeña reflexión para los adeptos de la Agenda 2030, el España 2050 u otras bobadas similares que lo único que van a hacer es que haya nuevas clases: que los ricos sean más ricos y que los pobres sean el pueblo llano, la plebe. El fin de la clase media. Eso sí… ecológicos…
Como cuando nos vendieron que con las bombillas de bajo consumo íbamos a ahorrar electricidad: ¿alguien se acuerda? las regalaron en Correos… pues sí… se ahorra. Pero a base de cerrar térmicas, reducir nucleares, pasarse a la generación ecológica ahora resulta que la electricidad está más cara… ¡y ya no se nota la rebaja!: resultado: te has gastado un pastizal en comprar bombillas más caras para ver un ahorro inexistente… pero es que también reciclas… por el medio ambiente, un trabajo por el que no te pagan,.. ahora pretenden que compres un coche más caro, como el eléctrico, con la excusa de ahorrar y ser más feliz con el medio ambiente… el timo de las bombillas x2….
Deberíamos pensar si es ahí donde queremos ir.
Lo peor es que las nuevas bicis no solo no traen más mejoras que los frenos sino que vienen con deficiencias que las antiguas no tenían: el sistema de marchas y la asistencia al pedaleo es bastante peor, el sillín es terrible, la pantallita lcd se nota que va a durar 2 telediarios y hasta el timbre está terriblemente colocado. No entiendo el cambio de bicis, sinceramente.
El cambio solo le merece la pena al que haya puesto el cazo en la compra/leasing (o lo que sea) de las nuevas bicicletas, totems y demás infraestructura.